MÁLAGA HOY | Cristina Fernández.- Asomados a un agujero negro, en el filo del precipicio sin saber lo que estaba por venir y absorbidos minutos después por una masa densa y deforme de contenidos como nunca antes habían visto, bombardeados por todos sus flancos, con la información fluyendo a borbotones, iniciaron el estado de alarma los periodistas malagueños.

Las empresas de comunicación pusieron las medidas de prevención e higiene debidas y así, con dificultades técnicas pero con imaginación y la ayuda de las nuevas herramientas, se reinventaron para seguir en su lugar, dispuestos a mantener un servicio público que se hace fundamental en estos momentos.

“Esto nos ha pillado desbordados de información y con falta de manos para cubrirlo todo”, relata Jesús Sánchez, director de contenidos e informativos de SER Málaga. En la emisora “el 95% de los periodistas operan desde casa y en la redacción hemos dejado el equipo mínimo imprescindible, una persona para coordinar los informativos, otra para coordinar y presentar el magazine y los técnicos por turnos”, agrega Sánchez.

“La situación es completamente nueva y la vamos descubriendo al día, por lo que tienes que estar pendiente absolutamente de todo y a cualquier hora, así que al final acabas trabajando entre 11 y 12 horas diarias”, dice el periodista. Y subraya que “entendemos que la circunstancia es excepcional y por mor al servicio público tenemos que estar informando”.

Jesús Sánchez, jefe de contenidos e informativos de SER Málaga, en el estudio.

Jesús Sánchez, jefe de contenidos e informativos de SER Málaga, en el estudio.

La SER, por el momento, ha producido los mismos minutos de programación local gracias a las llamadas telefónicas, las conexiones vía SkypeFacetime, notas de voz a través de Whatsapp y seguimiento de comparecencias de autoridades en Streaming.

“Algo esencial en estos días ha sido la participación de los oyentes, ha sido abrumadora la cantidad de gente que ha llamado para contar problemas personales o de ciertos colectivos”, apunta Sánchez, empeñado no solo en hacer radio sino también en mantener muy al día la página web y las redes sociales. “Nos estamos adaptando bien y se está cubriendo toda la información con bastante rapidez y agilidad”, indica.

Nuevas maneras de hacer televisión

Miriam González es redactora de informativos de Canal Málaga RTV y la primera semana de confinamiento fue una de los tres redactores que le tocó recorrer las calles para contar lo que estaba pasando. Su empresa estableció turnos y parte del equipo puede teletrabajar en casa. Cada viernes desinfectan las instalaciones de la cadena y entra un nuevo equipo el lunes siguiente.

Miriam González y su compañero de Canal Málaga RTV en el Muelle Uno.

Miriam González y su compañero de Canal Málaga RTV en el Muelle Uno. / JAVIER ALBIÑANA (Málaga)

También han contado con mascarillas, guantes y geles desinfectantes, además de mantener la distancia de seguridad con los entrevistados, que se han reducido a lo estrictamente necesario.

“Las autoridades nos mandan vídeos a través de las redes y las entidades establecen canales para que nos llegue la imagen, no es tan difícil adaptarse, pero hay que tratar la información de manera adecuada para no crear más alarma de la que ya existe”, señala la periodista.

“Estamos expuestos a una sobreinformación a través de miles de canales, no solo de los medios, sino a través de internet y fundamentalmente los grupos de Whatsapp, hay que frenar la psicosis contrastando la información con los canales oficiales”, considera Miriam.

Rocío Luque presenta el informativo de 101TV y apunta que “estamos haciendo muchísimo trabajo a través de Skype, los contertulios siguen participando por este medio y nos llega mucha información por ahí, porque la gente está muy concienciada y está evitando todo lo posible el contacto”.

Las entrevistas presenciales prácticamente no se hacen y el plató funciona con la mínima cantidad de gente posible, todos guardando la distancia de seguridad, utilizando mascarillas y guantes. “En televisión nos estamos reinventando para dar la información y que llegue a todos de la forma más actualizada”, apunta Rocío. Y sostiene que “es difícil de gestionar porque somos pocos y hay mucho trabajo, pero lo hacemos con la mayor vocación posible”, concluye.

Historias humanas al margen de los datos

La periodista Isabel M. Ruiz con un miembro de la UME.

La periodista Isabel M. Ruiz con un miembro de la UME. / JAVIER ALBIÑANA (Málaga)

Esa misión de servicio está en la mente de cada profesional que se pone delante de un micro o de un teclado para intentar narrar lo que está ocurriendo. “Estamos ofreciendo toda la información oficial e intentamos contar muchas iniciativas que se están dando al margen, hacer una producción propia dentro de lo posible y siendo conscientes de la dificultad”, explica Montse Naharro, directora territorial de Canal Sur Málaga.

El trabajo de calle se ha reducido al máximo y el teletrabajo se fue implantando de forma progresiva durante la primera semana. El 12 de marzo se confirmó un positivo por coronavirus en un trabajador de la empresa de seguridad y el centro territorial de Málaga tuvo que someterse a una desinfección.

“Mientras estuvimos cerrados por el centro de producción no pudo pasar nadie y se ha desviado a Sevilla”, explica Naharro y subraya que durante esta crisis aunque se han eliminado las desconexiones locales “se tiene más presencia en los programas regionales con ventanas locales en las que se ha hecho mucho hincapié en Málaga, lo que pasa en cada provincia le interesa a toda la comunidad”.

Información de servicio público

En la agencia Europa PressVirginia Carmona y sus tres compañeros trabajan desde casa tras el decreto de alarma. “Tenemos el programa a través del que podemos enviar los teletipos en nuestros portátiles de la agencia y nos hemos traído los teléfonos para no desviar todas las llamadas de la oficina a un solo móvil”, explica Virginia.

Los turnos los mantienen y están intentando igualmente trabajar en el horario establecido aunque muchos días resulte imposible. “Estamos pensando en muchos temas, no solo en la información que nos llega, también buscamos mucho la información de servicio que pueda interesar al malagueño, trasladar al ámbito provincial las novedades para que la gente se entere”, apunta la periodista.

Además de servir informaciones para sus principales clientes, los medios de comunicación, la página web está abierta al público y ofrece contenidos como un medio más. En estos días más que nunca, Whatsapp se ha vuelto su mejor aliado. “Son días de mucho trabajo y de ser muy responsables con la información que damos”, estima.

Reporteros gráficos, en el ojo del huracán

El fotógrafo Daniel Pérez toma una imagen en la estación de autobuses.

El fotógrafo Daniel Pérez toma una imagen en la estación de autobuses.

Muchos pueden desarrollar su trabajo desde la seguridad del domicilio, desde su mesa separada del resto en una redacción, a distancia a través del teléfono y las redes. Pero esta fórmula resulta imposible para los reporteros gráficos. Como en otros momentos de emergencia o crisis, han sido los primeros en ir directos al ojo del huracán jugándose mucho en el intento de conseguir la mejor imagen.

El fotógrafo Daniel Pérez realiza la cobertura de la crisis del coronavirus para El País, la agencia Efe y Getty Images. “Estoy haciendo algunos reportajes concretos que sí me están encargando, como trabajadores que tienen que estar en la calle, y recursos de lo que me voy enterando, como la desinfección en alguna zona por los militares de la UME, pero no hay tantos encargos cerrados, vamos sobre la marcha y día a día”, comenta Pérez.

Y señala que está siendo testigo de “una situación totalmente anómala, no hemos visto nada parecido hasta ahora y esperemos no volverlo a ver, en la calle se nota el nerviosismo y se palpa el miedo, la gente te ficha desde lejos, para saber qué estás haciendo, para evitarte y no pasar cerca”.

Con un chaleco reflectante para dejar clara su posición de trabajador, con mascarilla y guantes, este fotógrafo se patea las calles junto a sus compañeros, eso sí, a mayor distancia de la habitual. En un momento tan delicado como este, las bromas y las complicidades quedan aplazadas para la próxima, que llegará, y quizás traiga consigo nuevas enseñanzas para el futuro de esta profesión.