Málaga Hoy – Víctor Miralles

Ser polifacético es una cualidad por definición positiva… según para qué. Aplicado a lo que aquí atañe, implica poseer cualidades dispares, capacidad de adaptación a terrenos variados y también de sorprender. O, visto de otro modo, ostentar caras muy distintas. Ocurre que no siempre buenas. En un equipo en fase de formación como este Unicaja, eso es lo que hay. De su versión intensa, divertida e ingeniosa en el Carpena a la gris, errática y encallada en Vilnius. Es realmente pronto y la tarea de Casimiro está en contrarrestar lo malo con todo lo bueno que por condiciones puede dar su grupo, y hoy, directamente desde Lituania, se visita al Montakit Fuenlabrada (20:45, Movistar+ Deportes 1) en apenas el tercer partido oficial del curso como prueba sin red para seguir calibrando este Unicaja.

No llega a un mes que el conjunto malagueño se vio las caras con los de Agustí Julbe en el Torneo Luis Casimiro de Puertollano. Allí se vio precisamente lo que podía ser su cara A, en el primer triunfo de la pretemporada, antes de que hasta siete internacionales volaran con sus selecciones. Arrasó aquel día el Unicaja, que endosó un contundente 107-82 a los fuenlabreños. Para esas cosas está la pretemporada, claro, porque aseguraba esta semana el pívot Chema González que ese partido fue un punto de inflexión para los suyos. «Ese partido lo llevamos recordando desde entonces. Ellos subieron mucho la intensidad, no estuvimos a su mismo nivel y eso no puede ser», explicaba en sentido autocrítico.

NOTICIA COMPLETA