Diario sur – Antonio Javier López

Ginza, uno de los barrios más selectos de Tokio, reserva en su avenida principal entre las despampanantes tiendas de las marcas de lujo varios locales dedicados a los artículos de papelería. Y si algún viajante atribulado, amante de la caligrafía y el arte, llega se hasta allí para llevarse como recuerdo uno de los exquisitos papeles que se producen en el país, conviene que no lo pida en inglés como papel de arroz, porque con ese nombre se conoce a la pasta con la que se elaboran los rollitos de primavera. Lo que busca es un papel japonés.

La anécdota la compartía ayer el pintor Mitsuru Nagata durante la presentación de la primera Semana Cultural Japonesa en Málaga. La curiosidad relatada por Nagata ilustra, de hecho, lo mucho que tienen todavía por aprender los españoles y los japoneses en el intercambio cultural entre sus respectivas tradiciones. Un puente tendido por la semana dedicada al país asiático que ahora comienza con una prueba palpable del interés que suscita la cultura nipona en Málaga: todos los talleres desplegados en esta iniciativa ya tienen las plazas agotadas.

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