La histórica editora de Esquire, Cosmopolitan o Elle ha pactado la explotación de sus catálogos por parte de OpenAI. Hearst pone a disposición de la startup un inventario de más de 20 revistas y más de 40 periódicos por una cifra no revelada y en condiciones no explicitadas. Eso supone que los 200 millones de usuarios semanales de ChatGPT podrán acceder a contenidos de estilo de vida, moda, diseño, salud, automoción y otras temáticas que las publicaciones del grupo llevan décadas tratando. Pero también a información local generada por cabeceras de largo recorrido como Houston Chronicle o San Francisco Chronicle.

Como en los acuerdos previos, OpenAI se compromete a citar de manera adecuada las publicaciones de Hearst que use como fuentes para aflorar respuestas directas en su bot. Esa es una cuestión clave en plena transición del modelo de búsquedas tradicional a uno basado en conversaciones, en el que la compañía ya ha lanzado en pruebas su alternativa para disputarle cuota de mercado a Google.

Este es el primer trato de licencia que OpenAI lleva a cabo después de cerrar la mayor ronda de financiación con capital riesgo de la historia. Hace unos días ha obtenido 6.600 millones de dólares de un grupo variado de accionistas, lo que ha elevado la valoración privada de la entidad hasta los 157.000 millones de dólares.

La startup incorpora a ChatGPT y el resto de iniciativas un catálogo de más de 20 revistas y más de 40 periódicos. Queda por ver cuánta de esa nueva liquidez sirve para cerrar más acuerdos con otros actores de la industria de los medios. Esas partidas son en todo caso minoritarias frente a los costes computacionales crecientes que implican el entrenamiento y el funcionamiento a demanda de modelos de inteligencia artificial generativa.

Hasta la fecha OpenAI ha licenciado contenidos de Prisa Media, Le Monde, Condé Nast, News Corp o Financial Times, entre otros. Pero afronta igualmente demandas de The New York Times y otros diarios estadounidenses por presunto uso furtivo.