MÁLAGA 04.10.2023 | Marina Ovsyannikova ha sido condenada en rebeldía a ocho años y medio de cárcel por un tribunal de Rusia por «difundir noticias falsas». La periodista rusa irrumpió en marzo de 2022 en un programa en directo para denunciar la invasión de Ucrania. Ahora vive ahora en Francia, donde ha publicado un libro autobiográfico en el que describe la «fábrica de propaganda» mediática de Moscú.

Según informa Europa Press, el tribunal ha indicado que la periodista, quien huyó del país, deberá cumplir su pena «en una colonia correccional de régimen general», al tiempo que le ha prohibido durante cuatro años «participar en actividades relacionadas con la administración de páginas web de redes de información y telecomunicación».

Así, ha manifestado que la periodista, de madre rusa y padre ucraniano, publicó en julio de 2022 vídeos y fotografías que contenían «información falsa» sobre las acciones de los militares rusas en el marco de la invasión de Ucrania, desatada en febrero de 2022 por orden del presidente de Rusia, Vladimir Putin, según ha informado la agencia rusa de noticias TASS.

Las autoridades rusas emitieron en octubre de 2022 una orden de busca y captura contra la periodista, quien huyó del país cuando se encontraba bajo arresto domiciliario. La informadora siempre ha dicho que es «completamente inocente» de los cargos que se le han imputado.

Ovsyannikova había sido multada previamente en varias ocasiones por sus actos, supuestamente contrarios al Ejército ruso, según Reporteros sin Fronteras. La periodista, que trabajaba para el Canal 1, interrumpió el 14 de marzo de 2022 las emisiones con una pancarta protestando contra la invasión, a pesar de la prohibición del Kremlin a los periodistas de referirse como una «guerra» a lo que las autoridades rusas denominan como «operación especial». Se colocó detrás de su compañera mientras ésta daba las noticias con un cartel en el que se leía «No a la guerra» (en inglés) y “No os creáis la propaganda. Os están mintiendo aquí” (en ruso). La pancarta además, estaba adornada con las banderas de Rusia y de Ucrania.

Por ello, fue condenada a una multa de 30.000 rublos (255 euros) por «organizar un acto público sin autorización». Asimismo, tras una investigación al respecto, fue despedida de la cadena, si bien posteriormente se confirmó que había empezado a trabajar para el diario alemán Die Welt. Salió de Rusia con la ayuda de Reporteros Sin Fronteras (RSF).