El último informe de la UNESCO sobre “La prensa y el planeta en peligro”, publicado el 15 de mayo en asociación con la Federación Internacional de Periodistas (FIP), destaca los desafíos de seguridad que enfrentan los periodistas en los últimos 15 años al cubrir temas ambientales y muestra un aumento de los ataques en el último lustro del 42 %, en comparación con el período 2014-2018, lo que hace que la situación sea más grave que nunca.

Las conclusiones del informe se basan en la recopilación de datos de 2009 a 2023 y en una encuesta realizada con el apoyo de la FIP en marzo de 2024 a 905 encuestados en 123 países.

Destaca cifras clave sobre las amenazas a que se enfrentan los periodistas y medios de comunicación climáticos. Con un promedio de 50 ataques por año, el estudio encontró que al menos 749 periodistas, grupos de periodistas y medios de comunicación han sido atacados mientras cubrían temas ambientales en 89 países entre 2009 y 2023, en todas las regiones del mundo.

Los temas tratados son principalmente protestas medioambientales, minería y conflictos territoriales, aunque a un nivel más local la variedad de los asuntos puede diferir (tala, deforestación y contaminación…).

Según el informe, desde 2009 se han denunciado 353 agresiones, entre ellas amenazas de varios tipos: detenciones arbitrarias, acoso físico, intentos de asesinato, secuestros o daños a bienes. Los ataques físicos son el tipo de amenaza más importante y su número se ha duplicado entre los dos últimos períodos estudiados (de 85 incidentes a 183).

Los datos también revelan que los ataques legales son la segunda amenaza más grave, con un total de 210 casos registrados desde 2009. Los cargos implican alteración del orden público, terrorismo, incitación al odio, difusión de noticias falsas y dieron lugar a 39 periodistas condenados y encarcelados por su informes ambientales. Las demandas por difamación son predominantes en Europa y América del Norte, con al menos 63 casos registrados.

El informe subraya que, si bien 180 ataques siguen sin identificarse, 382 fueron perpetrados por actores estatales (policía, fuerzas militares, funcionarios y empleados gubernamentales, autoridades locales) y 207 por actores privados (empresas de industrias extractivas, grupos criminales, manifestantes y comunidades locales). Esas cifras reflejan un alto nivel de complejidad y vulnerabilidad de la profesión, ya que el periodismo ambiental enfrenta presiones de los poderes políticos y la interferencia de empresas altamente rentables.

La encuesta conjunta UNESCO-FIP revela aspectos adicionales como la censura, las amenazas de género y el trabajo independiente. De los 905 periodistas encuestados, el 70% indicó haber sido objeto de ataques, amenazas o presiones mientras cubría temas ambientales, con un nivel más alto para los periodistas independientes. Además, 407 encuestados declararon haber autocensurado sus actividades periodísticas medioambientales.

El informe recomienda las siguientes acciones:

– Los gobiernos deben luchar contra la impunidad, investigar y sancionar los casos de ataques contra periodistas, mejorar los mecanismos de prevención existentes y fortalecer las medidas de protección para contrarrestar las amenazas que enfrentan los periodistas que cubren el medio ambiente.

Los empresarios de los medios de comunicación deben desarrollar programas de capacitación y evaluaciones de riesgos para priorizar la seguridad de los periodistas y el reparto de responsabilidades y garantizar la eficiencia de estos protocolos de seguridad.