La viuda de Martín Merino dona a la APM diez bocetos del artista
La colección de grabados y dibujos se exhibirá en la sede del colectivo periodístico junto a 'El Vocero de la Prensa', obra en bronce del mismo autor
11 julio, 2024
La abogada y periodista Araceli González, viuda del artista Martín Merino (Córdoba 1937, Málaga 2020), ha donado diez bocetos del artista a la Asociación de la Prensa de Málaga, entre ellos dos grabados y ocho dibujos, que se expondrán en la sede del colectivo periodístico donde ya se exhibe ‘El Vocero de la Prensa’, obra en bronce del mismo autor y símbolo de los Premios de Periodismo Ciudad de Málaga, que organizan Asociación y Ayuntamiento y que este año cumplen su XV edición.
Una generosa donación que la presidenta del colectivo periodístico, Elena Blanco Castilla, agradece dado su valor artístico y sentimental. “Nos llena de satisfacción que estos bocetos se conviertan en una parte importante de nuestro patrimonio y queden expuesto junto a ‘El Vocero de la Prensa’ para disfrute de los compañeros y de quienes visitan nuestra sede”.
Entre los grabados se encuentran:
- ‘La posada del Lucero’ (1968, de 38 x 53 cms.)
- ‘La Cuadrilla’ (1968, de 37 x 47 cms).
Los dibujos a lápiz son:
- ‘Mujer de espalda’ (1997, de 55 x 40 cms.)
- ‘Toro’ (1990, de 40 x 30 cms.)
- ‘Enamorados’ (1987, de 55 x 40 cms.)
- ‘Nazarenos I’. (1990, de 50 X 45 cms.)
- ‘Nazarenos II’ (1990, de 50 x 45 cms.)
- ‘Mujer de perfil’ (1987, de: 54 x 45 cms.)
- ‘Hombre con jabalina’ (1986, de 40 x 55 cms.)
- ‘Atletas’ (1987, de 40 x 55 cms.)
Martín Merino, cordobés de nacimiento, galardonado en numerosas ocasiones, mezcló la labor artística, docente e investigadora a lo largo de su dilatada trayectoria profesional. Estudió Bellas Artes en Sevilla y Paris; también era licenciado y doctor en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y en Ciencias de la Educación por Madrid. Trabajó en París, Córcega, Montreal y Nueva York, donde residió diez años. En Málaga llegó en 1981 como catedrático de uno de los institutos más conocidos de la ciudad, El Vicente Espinel, conocido como Gaona.
Su proyección internacional es casi tan variada como su obra, que no se limita al campo de la pintura y la escultura sino que también se dedicó de forma continuada al retrato, grabado, vidriera y decorados de teatro e incluso la poesía.