La FIP publica su guía para garantizar los derechos de los periodistas que teletrabajan
9 octubre, 2020
FIP | Cuando gobiernos de todo el mundo anunciaron cierres y restricciones de movimiento para luchar contra la pandemia, muchos medios de comunicación se limitaron a pedir a los periodistas que se fueran a casa y simplemente continuaran con su trabajo allí. Este cambio forzado e improvisado de las redacciones físicas a los hogares ha provocado varios problemas para los trabajadores de los medios de comunicación que deben ser abordados urgentemente por gobiernos y sindicatos.
Los desafíos del teletrabajo para los periodistas van desde no disponer de un equipo de trabajo adecuado, una conexión decente a Internet o de sistemas ciberseguridad apropiados, hasta sufrir mayores dificultades para conciliar la vida privada y profesional, tener jornadas laborales más largas así como problemas para mantener el nivel de su trabajo.
Sindicatos mundiales como UniGlobal han señalado el derecho a desconectarse, que se refiere al derecho de los trabajadores a desconectar de su trabajo y a no recibir ni responder a ningún correo electrónico, llamada o mensaje relacionado con el trabajo fuera del horario laboral, como uno de los problemas más comunes. Esta situación es aún más grave para los periodistas, que luchan por conciliar su vida personal con su trabajo de mantenerse al día y publicar información en constante movimiento.
CÓMO EXPLOTAR LAS VENTAJAS DEL TELETRABAJO
Si se regula adecuadamente y se aplica a través de convenios colectivos, el teletrabajo puede ofrecer oportunidades y beneficios a los trabajadores de los medios de comunicación. Por ejemplo, el ahorro del tiempo no remunerado que se dedica a viajar al lugar físico de trabajo, evitando una fuente de estrés, ansiedad y tráfico. Además, el trabajo a distancia reduce la huella ecológica y proporciona una mayor flexibilidad a los periodistas en su trabajo.
Sin embargo, la FIP considera que para exprimir al máximo los beneficios del teletrabajo, éste debe ser combinado con el trabajo presencial. El teletrabajo permanente puede crear una sensación de desarraigo y aumentar el aislamiento social, ambos factores de riesgo para la salud mental. También podría obstaculizar la cooperación entre periodistas, un elemento esencial en el periodismo, especialmente del periodismo de investigación.
Por esta razón, la FIP considera esencial que los medios desarrollen un plan para volver las salas de redacción físicas y evitar su cierre permanente, algo que perjudicaría la elaboración de un periodismo de calidad.
Otro principio básico e innegociable es que el teletrabajo sea voluntario y que los trabajadores de los medios deben poder cambiar su decisión sobre el mismo, es decir, que puedan revertir o adaptar su horario de teletrabajo según sus circunstancias.
El Secretario General de la FIP, Anthony Bellanger, dijo: “No se puede pedir a la gente que haga teletrabajo sin un marco regulatorio adecuado, al menos no en el largo plazo. Hoy es una oportunidad para recordar a todos nuestros afiliados la importancia de abrir debates a nivel nacional y en el lugar de trabajo para desarrollar leyes y regulaciones claras que protejan los derechos laborales en casa. Solo así podremos asegurar que no se ignore la situación específica del periodismo y que se logren condiciones de trabajo decentes para todos y todas”.
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